¿Por qué elegir aerotermia frente a biomasa?
por Panasonic 01-02-2018 Calefacción y ACS
Desde hace algunos años, la preocupación por la salud ambiental ha ido experimentando una mayor implicación de los organismos gubernamentales, dispuestos a asegurar medidas y normativas que velen por el bienestar del ecosistema y, por consiguiente, de las personas que viven en él.
La apuesta por las energías renovables es, sin duda, una de las puntas de lanza de esta apuesta, y es por eso que tras diversos diagnósticos medio ambientales realizados a nivel estatal se han lanzado medidas como el Plan de Energías Renovables(PER) 2011-2020, que sigue muy de cerca la línea marcada por la Directiva 2009/28/CE del Parlamento Europeo y del Consejo y que están destinadas a fomentar el uso de estas fuentes.
Las energías renovables son, pues, esenciales para llevar a buen puerto una renovación ecológica progresiva de las fuentes de donde se obtiene buena parte de la energía, potenciando cada vez más aquellas que están reconocidas como tales, es decir: las energías procedentes del mar, eólicas y solar (de tipo fotovoltaico, térmico y termoeléctrico), la geotermia, aerotermia y otras energías del ambiente, los biocarburantes, biolíquidos, biogás y biomasa, la hidroeléctrica y los residuos.
Dentro de lo que sería el conjunto de energías renovables, la biomasa y la aerotermia son las que se erigen por encima del resto debido a sus características, su rendimiento y su eficacia. Aunque tanto la biomasa como la aerotermia (reconocida como fuente energética
renovable por la Directiva Europea 2009/28/CE) parten de ese mismo concepto ecológico y de respeto por el medio ambiente, lo cierto es que existen grandes diferencias entre ellas, tanto en relación a aspectos de puesta en marcha como de funcionamiento.
De hecho, si comparamos ambas fuentes de energía, observamos que la aerotermia se erige como la opción preferible a efectos de climatización y uso.
La aerotermia no requiere almacenamiento
Los modos de funcionamiento de estas dos energías renovables son muy diferentes debido a las fuentes de origen de su energía.
En el caso de la biomasa, ésta hace uso de materia orgánica de tipo muy diverso, generando energía a partir de ella; aunque ésta es, precisamente, la razón que hace que sea una de las energías renovables más baratas y eficientes (pueden usarse como combustibles naturales desde pellets de madera y componentes como el serrín hasta desechos procedentes de la actividad agrícola como cáscaras de frutos secos, restos de podas, etc.) todo esto requiere ser almacenado para aprovisionar de forma constante la caldera. Tanto la electricidad como la calefacción y el agua caliente sanitaria procedentes de la biomasa se obtienen de la quema de todos estos componentes en calderas especiales, por lo que el suministro de materia orgánica debe ser continuo para su correcto funcionamiento.
Para ello, es necesario disponer de contenedores o silos de almacenaje, que además deben estar situados cerca de la caldera. Esto significa que se requiere un espacio lo suficientemente grande como para albergar la caldera y el contenedor, así como el aprovisionamiento de materia orgánica constante para mantener activo el sistema.
El cálculo del material necesario para la biomasa variará dependiendo en cada caso (según dimensiones y aislamiento del inmueble, horas de funcionamiento, etc.) pero solamente con necesitar unos 6 m3 de pellet anuales significarían unos 4.000 kg aproximadamente. Para cubrir esta cantidad, es necesario realizar de forma periódica recargas del silo que aseguren el continuo funcionamiento de la caldera, con todas las desventajas de mantenimiento y de ocupación de espacio que esto supone.
Por su parte, la aerotermia es un sistema que no requiere de almacenaje alguno para su funcionamiento efectivo, porque no genera la energía sino que la transforma. Una vez realizada la instalación del sistema, la bomba de calor aerotérmica se ocupará de extraer la energía procedente del aire del exterior para que pase al circuito del inmueble, pudiendo proporcionar tanto calor como agua caliente sanitaria. Este sistema, que tiene como ventaja adicional su mantenimiento mínimo y que se integra con facilidad al resto de infraestructuras de la casa (es perfectamente compatible con fan coils, radiadores, suelos radiantes…) también permite invertir el proceso y obtener refrigeración. Y todo ello sin necesidad de contenedores de almacenaje ni de tener que preocuparse por proporcionar un combustible que active el proceso.
El rendimiento de la aerotermia es superior al de la biomasa
Las diferencias entre la aerotermia y la biomasa no sólo se limitan al almacenamiento: también existen claras diferencias en base al rendimiento que sitúan por encima a la aerotermia en cuanto a eficiencia gracias a su tecnología que utiliza una energía totalmente limplia y gratuita en un 80% como es el aire (el resto residual se realiza con electricidad).
Además, la tecnología de la aerotermia presenta un COP (coeficiente de rendimiento) de 5,28 con un sistema de Aquarea de 5 kW de Panasonic, cuando el COP máximo de la calefacción eléctrica convencional es de 1.
Otro de los problemas de la biomasa es su uso restrictivo: de incrementarse demasiado su demanda se incurriría en un problema medio ambiental, ya que generar todos los materiales necesarios para generar combustible (unos 4000 kg anuales de pellet por inmueble)
supondría una problemática tal que descartaría su utlización masiva, problema que, por otra parte, no tiene la aerotermia gracias a su fuente de energía ilimitada, limpia y sin restricciones.
La aerotermia necesita un menor mantenimiento frente a la biomasa
Además de que la aerotermia resulta una apuesta muy rentable y eficiente, su mantenimiento resulta mucho más limpio que en el caso de la biomasa.
Como hemos explicado, optar por la biomasa supone destinar un espacio lo suficientemente grande al sistema como para albergar la caldera y el almacenamiento del combustible; este espacio debe ser sometido a un mantenimiento continuo, ya que la combustión de los materiales genera suciedad y cenizas. En contraposición a esto, la aerotermia constituye un sistema mucho más limpio y silencioso, que sólo requiere ser accionado para funcionar y cuyas tareas de mantenimiento son mínimas.
Por estas razones y a pesar que ambas fuentes de energía son las más relevantes dentro del grupo de las renovables, es importante tener todos estos aspectos en cuenta a la hora de elegir entre biomasa y aerotermia, mucho más considerando todas las ventajas que
aporta ésta última.